El amanecer del Amor
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vive en este mundo. La excelencia ya esta en nosotros, y es ilimitada, tan
solo tenemos que darla para ser felices. Por contra, si lo que anhelamos
son los bienes materiales, por mucho que los logremos nunca nos en-
contraremos llenos, pues la felicidad tiene que ver más con lo que somos
que con lo que tenemos.
Fui consciente de que tras haber orientado gran parte de mi existen-
cia a la satisfacción de mis deseos materiales, éstos solo me habían pro-
porcionado un efímero y engañoso placer, que a veces hasta me había
perjudicado, llegando incluso a convertirse en una adicción.
Sin embargo, el resultado de mis profundas meditaciones era siempre
paz, armonía y felicidad.
Accediendo a una «nueva» fuente de información, caí en la cuenta de
que el conocimiento de «mí mismo» me sería muy útil de ahí en adelan-
te para aplicarlo en mi vida diaria, y en ese estado de consciencia lo podía
obtener, así que comencé a meditar sobre mi interior, adentrándome en
un terreno tan importante y tan poco conocido a la vez.
Reflexionando sobre la mente y el espíritu, recibí tanta información
que la fui apuntando en un cuaderno, aprendiendo algo que nadie me
había explicado hasta esos momentos.
A nivel mental recibí lo siguiente, que me ayudaría en mi proceso de
despertar: todo lo que hacemos en nuestra vida va quedando grabado
en la memoria, al tratarse una información que necesitamos para vivir.
De esta forma, sabemos cómo actuar ante una situación determinada,
ya que la mente nos ofrece una grabación de como hemos hecho ante-
riormente ante esa misma situación, con nuestras propias emociones
y sentimientos en ella. Esto, que nos permite saber qué hacer, también
nos puede confundir si nuestra voluntad es hacerlo ya de otra mane-
ra, puesto que nos lleva a creer que somos nosotros los que queremos
actuar así, cuando, en realidad, de lo que se trata es de una grabación
mental.
Este conocimiento me enseñó lo importante que es ser consecuen-
tes con lo que decidimos, pues cuando lo somos, así queda grabado en
nuestra memoria, siendo lo que recibiremos la próxima vez que se nos
presente esa misma situación.
A lo largo de aquellos días, y a pesar de todo el conocimiento que se-
guía recibiendo a todos los niveles, tenía no obstante la sensación de que
algo importante me faltaba. Hasta que una tarde, a la hora de la siesta,
comencé a soñar…
